" Debemos ser rectos, trabajadores, tener una buena situación económica,procrear,tener una pareja estable, una casa en la ciudad y otra en la playa, no mentir, no engañar, ser fieles y leales no sólo a nosotros mismos también a nuestra palabra y silencio". Un párrafo de exigencias que escuchamos, tanto expresa como tácitamente día a día. Habla el subconciente, la voz interior y todos los que nos rodean. Todos opinan, generalmente sin conocer a cabalidad nuestra intimidad y necesidades más profundas. Leemos lo que nos dicen los estudiosos del tema, lo que dialogan los grandes pensadores de la historia. Buscamos en la filosofía y en las ciencias una explicación acorde al mundo que vivimos, porque no nos sentimos capaces de llegar a conclusiones propias. El éxito va de la mano con la felicidad. Felicidad que otros han construído, porque no a todos hace feliz tener mucho dinero ni todo aquello que le permita acceder a un status social elevado.Ser diferente es fallar al sistema. Convertirse en un punto negro en este mundillo de tigres y serpientes que no destilan veneno, sino que conforman pequeños estados mentales que se han vuelto protagonistas en un medio sin identidad , donde los valores han ido quedando de lado y las personas nos hemos vuelto inseguras, porque si no encajamos simplemente " no formamos parte".No se permite fallar, y los errores también están enumerados. " No pensar, no razonar, no analizar, no ser pobre materialmente,no entenderlo todo, creer que hay personas superiores porque existen rangos superiores, no involucrarse afectivamente, no perder el rumbo, no sufrir, no crecer, no percibir". Estamos inmersos en una sociedad donde la " performance" es fundamental, aunque por dentro nos estemos muriendo. No existen condiciones estructurales para convivir en el mundo material con el espíritu henchido para poder lograr el equilibrio, pues nadie quiebra el esquema y no hay tiempo tampoco . Las responsabilidades colman nuestra vida.La gran responsabilidad de ser " perfectos", bajo una perspectiva egoísta y hedonista es el código aprendido. Lla perfección no es un bien al que los humanos podamos aspirar. Podemos superarnos, ser mejores, pero jamás perfectos, aunque creamos que somos dueños del mundo, de nuestra vida y del destino. Hay una voz que siempre nos habla, el interior reclama a pesar de haber logrado lo que aspirábamos, hay momentos en la vida en los cuales nos sentimos insatisfechos, frustrados, convirtiéndonos en verdaderos esclavos de la opinión ajena.Es un estado habitual en nosotros y lo ocultamos por temor a parecer débiles. Interpretamos ese estaticismo como un rechazo absoluto a lo que somos aunque no tengamos conciencia de ello .No asumir nuestra condición de seres humanos deseando aquello que es imposible lograr va mermando la autoestima porque sentimos que nuestra vida no tiene gran valor ,pues carecemos de objetividad a la hora de analizarnos y observar nuestro entorno con una mirada veraz y honesta. Tememos al enfrentamiento, al descrédito, a la conmiseración. A no ser capaces de reconstruirnos a la hora de caer. De no parecer lo suficientemente bueno para algo o para alguien. Vivimos pensando en que opinarán los demás dejando de lado lo que realmente anhelamos y quisiéramos para nosotros. Muchas veces sin saber siquiera lo que queremos.
La autocrítica es fundamental a la hora de hacer un análisis de sí mismo, porque nos permite tocar fondo y conocernos mejor.
Estamos aquí para algo. Ese algo debe ser descubierto por cada uno de nosotros. Cada cual tiene una misión en la vida, pero ésta también requiere de retribución. Debemos sentirnos merecedores de lo que recibimos. La energía fluye. Los actos de amor son un fluir recíproco . No nos cerremos frente al recibir,sino el ciclo se cierra y se inmoviliza.
Dejemos que la Naturaleza haga su labor, no aceleremos procesos ni tomemos decisiones donde no somos capaces de ser justos con nosotros mismos.La culpa es inseguridad.Asumir que nos equivocamos subir un peldaño.
Plantearse en la vida exigiendo de ésta lo que cada uno es capaz de dar.
Para exigir debemos entregar.
Decretemos lo que queremos para nosotros con seguridad y firmeza.
Expulsemos al Universo .
El sabrá como poner las cosas en su lugar.
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