Hay " algo" en nosotros, en todos y cada uno de los seres que habitan este planeta que nos indica cuando un acontecimiento dejará alguna marca en nuestra vida . Es decir, somos capaces de dimensionar concientemente todo hecho donde somos partícipes y donde participamos directamente aunque no somatizamos cada detalle.Poseemos el criterio y la formación valórica para sopesar cada paso que damos aunque hay mucho de nosotros que ni siquiera tenemos claro. Con mayor razón , no poseemos la objetividad necesaria para entender la real motivación del otro. En toda interacción existen dos o más personas cuyas motivaciones a veces son opuestas y no las percibimos a simple vista, pues los seres humanos actuamos a veces sin procesar lo que sobrevendrá, somos instinto no razón.Somos voluntad animal. En definitiva somos animales pensantes. Actuamos muchas veces sin meditar, sin embargo, desde el instante preciso en que actuamos, debemos responsabilizarnos de aquel acto que generalmente trae consecuencias y repercusiones no sólo en nuestra vida, sino también en la vida de los demás. Una interrelación - bajo tales prerrogativas - se ve dañada, pues no hay entendimiento ni voluntad para comprender al otro. Viene la crisis, tal vez la decepción, y el deseo de que todo sea un mal sueño. Después sobreviene un quiebre inminente y la superación del daño o la consiguiente interpretación - subjetiva y muchas veces egoísta - de quien fue el que falló y porqué no fue capaz de actuar de otra manera . Superar implica captar lo que el otro aportó a nuestra vida , aprehender lo que requerimos de éste para sobrevivir e inferir lo que necesitamos para aprender de cada hecho que va dejando marcas en nosotros . Las huellas son indelebles, sobretodo cuando hay dolor derivado de la entrega y el cariño. Todo pasa y todo queda, no hay mucha ciencia al respeto, sólo cabe dejar que el destino tome su curso y el correr del viento dé respuestas que nuestro raciocinio a veces no logra obtener. Mucho de lo que vivimos está escrito, pero también hay una serie de sucesos de los cuales no tenemos conciencia del porqué suceden. Sólo acontecen y hay que asimilarlos bajo ese márgen.La vida sigue siendo una lotería. A veces sacamos número ganador, otras tantas sólo perdemos. Algunas veces no compramos el boleto que siempre espera por nosotros, y justo esa semana salió premiado. No hay lógica en la vida, sólo un constante peregrinar donde somos un cuaderno en blanco que debe ser escrito sin leer hacia atrás.
martes, 20 de enero de 2009
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