Cuando nos sentimos superados por sentimientos contenidos, amores acobardados, amistades fallidas, relaciones en vías de extinción, dolores del pasado, malos entendidos , tropiezos banales o cualquier sensación que ha desestabilizado nuestra vida durante mucho tiempo debemos tener claro que tarde o temprano aquellas sensaciones deben salir de nuestra alma.Cuando hay poca claridad en nuestros pensamientos y juicios , debemos aprender a estratificar aquel evento o circunstancia que provoca agonía y menoscabo con madurez y altura de miras. Ordenar la mente es indispensable para el logro del equilibrio. Intepretar es enfrentar lo que somos, entendiendo que hay múltiples razones por las cuales nuestra vida es de una forma y no de otra. Callar puede tener una doble connotación, por un lado es no expresar en ciertos momentos aquello que no debe decirse , y por otro, evitar problemas a pesar de que lo que se omite es algo relevante. En cualquier caso, callar es dejar de enfrentar, no querer generar riesgos, ni duelos, ni confrontaciones, es una postura cómoda que genera consecuencias para el que omite y también para aquel que deja de saber.No existe nada más liberador que poder expresar lo que uno siente o contar lo que uno sabe. Compartir conocimientos o información , siempre y cuando sean las personas indicadas . Una expulsión emocional que requiere de meditación y la búsqueda del momento óptimo buscando también las palabras precisas y readecuando nuestras energías para compatibilizar la interpretación que el otro obtendrá de nuestra parcelada realidad . Alinear nuestra realidad en pos de la compresión absoluta , primero de nosotros mismos para poder empatizar con el otro, y el otro entendiendo que a pesar de no considerar tan relevante aquella explosión emotiva, originará en el que expresa una limpieza ambiental y kármica que no maneja a niveles racionales pero que acarreará consecuencias en su vida. Cuando ofrecemos con humildad una explicación sin esperar comprensión, sino por el sólo hecho de liberar aquello que no nos deja crecer , podemos ser capaces de percibir la realidad del otro sin esperar que compatibilice con la " realidad personal ". El enfrentamiento no sólo dice relación con momentos extremos ni problemas propios , sino con la objetivación de lo que vemos en los demás y lo hacemos parte de nuestro deambular. No hay circunstancia que no genere un efecto,debemos hacernos cargo de lo que decimos, pero también de lo que dejamos de decir. El silencio camina descalzo por aquellos parajes de nuestro subconciente, sin embargo, no siempre elude la realidad para protegerse, todo lo contrario, estar en silencio en múltiples casos dignifica la razón de ser y lo sitúa en un plano donde la quietud y la templanza han dado cabida al razonamiento claro y ágil. Expresar al otro lo que uno ha guardado durante mucho tiempo requiere de valentía, sin embargo, es indispensable para el crecimiento sostenido y la consiguiente evolución humana. El cuerpo agradece cuando el corazón expulsa todo lo que cabe en él y sabe perfectamente cuando , como y donde. Nuestro corazón es sabio y sabe lo que siente y dice. Siempre será más saludable enfrentar que callar.
jueves, 19 de marzo de 2009
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